Reconozco que el chupete es un instrumento mágico y bien diseñado. Durante décadas, ha mantenido la misma forma y sólo recientemente las casas comerciales se pelean para mostrarnos que la virguería de su chupete es mejor que el de la otra firma: con forma anatómica o de gota, material de caucho-silicona, diseño con escudo-compacto y mil detalles más. Pero en el fondo todo sigue igual.
En un programa de TV, creo que catalana, salió un catedrático hablando sobre pequeños inventos que no han podido ser superados en su diseño con en paso del tiempo, como es el caso del simple clip para sujetar papeles o la pinza de colgar la ropa.
Pues hablando del chupete, ayer vino a mi consulta un matrimonio simpatiquísimo de Andorra. Muchos de mis pacientes saben que intento por todos los medios que los padres le retiren al niño el chupete lo antes posible, ya que deforma la boca y favorece las infecciones de oído a partir de los 2 años. Se debería retirar ya al año pero muchos papás se ven incapaces de hacerlo, incluso pasados los tres años. Pues bien, durante la consulta decidimos contar cuántos chupetes tenía su pequeño en su casa. La suma total fue de 24. Estaban repartidos por todas las habitaciones, por las casas de los abuelos y hasta en las puertas de los coches. Lloraba y ¡zas! chupete al canto.
No sé si alguno de los lectores ha llegado a acumular también tal tesoro chupeteril. Si lo ha hecho, llegará a superar este Guinnes actual.
2 comentarios:
Bueno, te leo más bien desde hace poco, pero lo que he leido me ha parecido estupendo.
Una amiga mía me contó que a ella le pusieron tabasco, unas gotitas, para que lo dejase. Otra me contó que simplemente le decian que tenía caca porque se había caido al suelo.
Ya de paso que te felicitaba por tu blog, oye, cuento algo :)
Buenas noches, doctor:
No sé si mi hija superará este récord pero si no lo iguala le faltará poco. Yo le he cortado unos cuantos, porque aunque le diga que tiene caca, aunque le ponga ajo, nada!!! Pero yo los escondo y siguen apareciendo chupetes!! Y al final me doy por vencida para quitárselos cuando repite una y otra vez llorando que le demos el chupete, eso sí, sólo para dormir, pero así no arreglamos nada. Y si no se lo soy, acaba rescatando su "tesoro" de su escondite.
Gracias, Cristina
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