Confieso que me admiran. Y una de ellas es una de mis "Carmenes", nuestra enfermera del hospital, trabajadora infatigable hasta la extenuación y siempre con la sonrisa en los labios. Aparte de soportar diariamente los malos humores de médicos y padres de pacientes, resuelve todos los problemas y lo difícil te lo hace fácil. Pues bien, no sólo hace eso sino que en ocasiones trae pasteles hechos por ella y prepara como nadie detalles para una despedida, organiza el "catering", busca los regalos, el papel de envolver...Nada falla.
Pues nuestra Carmen organizó la despedida, por jubilación, de otra persona entrañable, Encarna. Pero no fue una despedida lacrimógena. Un anhelado deseo secreto de la jubilada era nada menos que darse un paseo en ¡una Harley-Davidson!. Pues el día de la despedida y sin saber nada la "ojomeneada" se la llevaron a la entrada del Hospital. Allí con un grupo de amigos que la acompañábamos había ¡Una flamante Harley-Davidson con un apuesto conductor para llevarla a dar una vuelta!. Ni decir tiene que se quedó estupefacta. Le pusieron una chaqueta y casco Harley Davidson y el apuesto conductor la llevó a su domicilio donde estaba su marido tranquilamente haciendo sus cosas. Ella desde abajo le llamó por el móvil: "Sal a la ventana y me verás", "Pero no estabas en el Hospital" le espetó él. "¡Sal a la ventana!" y efectivamente salió y vio emocionado como su esposa había cumplido uno de los sueños de su vida.
Pues nuestra Carmen organizó la despedida, por jubilación, de otra persona entrañable, Encarna. Pero no fue una despedida lacrimógena. Un anhelado deseo secreto de la jubilada era nada menos que darse un paseo en ¡una Harley-Davidson!. Pues el día de la despedida y sin saber nada la "ojomeneada" se la llevaron a la entrada del Hospital. Allí con un grupo de amigos que la acompañábamos había ¡Una flamante Harley-Davidson con un apuesto conductor para llevarla a dar una vuelta!. Ni decir tiene que se quedó estupefacta. Le pusieron una chaqueta y casco Harley Davidson y el apuesto conductor la llevó a su domicilio donde estaba su marido tranquilamente haciendo sus cosas. Ella desde abajo le llamó por el móvil: "Sal a la ventana y me verás", "Pero no estabas en el Hospital" le espetó él. "¡Sal a la ventana!" y efectivamente salió y vio emocionado como su esposa había cumplido uno de los sueños de su vida.
Y hoy viene Nani. Otra de las enfermeras entrañables de las consultas externas de pediatría. Recuperada de una avería corporal ha llegado como se fué: guapa, elegante, amable, atenta y ¡con el mismo peso!. Eso me ha j..dido. Ella es invariable mientras yo soy como un neumático gastado que se deshincha y lo vuelvo a hinchar. Me consuelo diciendo que estoy "no en el peso ideal sino en el peso cómodo" así me es mas llevadero.
Que fácil y divertido es trabajar con personas así. También hay momentos malos, pero nunca con ellas. Que poco se valora en las empresas el grado de satisfacción de convivencia con tus colaboradores. Encarna, Nani, Camen. Gracias
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