Archifamosísima frase de un rey europeo pronunciadas en público en el siglo XXI para acallar a un presidente orador verborreico aunque muchas veces me da la impresión de que dice verdades como un templo que muchos otros no se atreven a decir. Hay que reconocer que la diplomacia no es su fuerte y desconozco su capacidad intelectual.
Los niños hacen preguntas porque lo quieren saber todo. Y, por su inocencia, lo hacen dónde quieren y cuando quieren. El "por qué eres tan viejo, por qué te falta una mano, por qué eres negro, porque tienes los ojos tan raros (chino), etc, etc, delante de la persona referida" hace saltar en el interior de la mente de los padres: "Niño, ¡porqué no te callas!". Dentro de lo posible o hasta donde lleguen sus cortas entendederas hay que decir la verdad tanto si se refiere a temas relacionados con sexo, nacimientos, muerte, como a cualquier hecho de la vida. Los padres son los que les contarán el mundo que les rodea, son sus enciclopedias o diccionarios adonde pueden consultar; ahí están las respuestas correctas. Por eso, es tan importante contestar todas sus preguntas, por muy absurdas que nos parezcan. Su deseo de conocer es un método básico para enfrentarse a la vida cuando sean adultos. Aunque agobien una y otra vez con el porqué de preguntas repetitivas, incontestables vale la pena mostrar interés para su futuro desarrollo y comunicación familiar.
Decir la verdad significa dar una respuesta sencilla, ajustada a la realidad, y a la capacidad de comprensión del niño. Una perorata superior a lo que puede entender le confunde. Habrá momentos difíciles en los que resulta complicado encontrar las palabras apropiadas con temas no resueltos ("después de morirnos que pasa") o se relacionan con temas que los inhiben, angustian.
Un psicólogo recomienda:
- Tomar con seriedad cada pregunta
- Detectar claramente qué quiere saber su hijo
- No evitar decir la verdad
- No dar todos los detalles: el niño puede asustarse frente a la información que no es capaz de manejar
- Tratar de emplear palabras que él use habitualmente
- Acompañe la explicación con algún ejemplo cercano al niño
- Perfeccionar la información con el crecimiento mental del niño
En realidad el niño quiere saber; ayúdele.
- Detectar claramente qué quiere saber su hijo
- No evitar decir la verdad
- No dar todos los detalles: el niño puede asustarse frente a la información que no es capaz de manejar
- Tratar de emplear palabras que él use habitualmente
- Acompañe la explicación con algún ejemplo cercano al niño
- Perfeccionar la información con el crecimiento mental del niño
En realidad el niño quiere saber; ayúdele.
2 comentarios:
La teoría parece taaaan sencilla...
Top-pregunta de mi hijo: ¿Por qué no lo haces como Homer????
La top pregunta de mi hijo fue: "por que las pizzas son redondas?". Pero a medida que se ha hecho mayor he seguido el consejo de Santi de irle dando solo la información que piden, no más y de forma simple, y así se ha ido enterando de temas como el sexo, las drogas o la anorexia, despacito y sin darse ni cuenta. Eso si, es vital que por mucho que te sorprenda o incomode la pregunta , le contestes con toda naturalidad!. No es tan dificil!.
Fam Rey-Marti. Olesa de Montserrat
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