Según dijo Jordi Pujol ya que vivo y trabajo en Catalunya, soy catalán. Un libro de Luis Candel se llamaba " Los otros catalanes". Ahora hablaré de los unos y de los otros; todos comparten los mismo problemas. Si uno se atiene a lo que lee en los periódicos no sólo es un problema de donde escribo sino que se podrá extrapolar, más o menos, a otras comunidades autónomas.
Desde hace un tiempo las noticias son preocupantes: somos de los últimos en educación, los profesores están desanimados, en el consumo de drogas vamos en cabeza del pelotón, las tasas de embarazo no deseados en chicas jóvenes siguen aumentando. Por otro lado, las empresas se van, el AVE no vuela, el aeropuerto del Prat a pasado a segunda división; los buenos trabajos van desapareciendo porque las fábricas "se nos deslocalizan". Los políticos andan enzarzados en unas chorradas monumentales; que si el catalán, que si el Estatut, que si nos han de querer más en el resto de España porque "semos mu buenos" y van apagando fuegos allí donde salen. Lo más preocupante es que tenemos los políticos que nos merecemos; los hemos votado. No dejamos de mirarnos el ombligo... seguimos en la inopia.
Muchos pensarán: "dr. Santi" ¿por qué suelta ese rollo si a nosotros ni nos va ni nos viene?. La verdad es porque me apetecía desfogarme un poco. Tienen razón, muchos de ustedes viven fuera de Catalunya y pueden pensar que estos temas no les afectan en absoluto pero al futuro de sus jóvenes hijos quizás sí. Hemos pasado en pocas décadas a una sociedad de la opulencia. Una vez leí una frase de un filósofo que la recuerdo frecuentemente. Más o menos decía así: " Aquellos que solo trabajan por lo que les pagan nunca conseguirán que les paguen más por lo que trabajan" .
Yo no desconfío de los jóvenes: son sanos, de mente abierta, con ganas y son siempre los que cambian el mundo. Lo que ocurre es que si estando en una sociedad que les puede ofrecer lo mejor conseguimos que sean los más incultos de Europa, "apaga y vámonos". La mejor herencia que se puede dejar a un hijo en una buena formación.
Como dice el periodista Manuel Trallero: "Una mala semana la puede tener cualquiera".
Desde hace un tiempo las noticias son preocupantes: somos de los últimos en educación, los profesores están desanimados, en el consumo de drogas vamos en cabeza del pelotón, las tasas de embarazo no deseados en chicas jóvenes siguen aumentando. Por otro lado, las empresas se van, el AVE no vuela, el aeropuerto del Prat a pasado a segunda división; los buenos trabajos van desapareciendo porque las fábricas "se nos deslocalizan". Los políticos andan enzarzados en unas chorradas monumentales; que si el catalán, que si el Estatut, que si nos han de querer más en el resto de España porque "semos mu buenos" y van apagando fuegos allí donde salen. Lo más preocupante es que tenemos los políticos que nos merecemos; los hemos votado. No dejamos de mirarnos el ombligo... seguimos en la inopia.
Muchos pensarán: "dr. Santi" ¿por qué suelta ese rollo si a nosotros ni nos va ni nos viene?. La verdad es porque me apetecía desfogarme un poco. Tienen razón, muchos de ustedes viven fuera de Catalunya y pueden pensar que estos temas no les afectan en absoluto pero al futuro de sus jóvenes hijos quizás sí. Hemos pasado en pocas décadas a una sociedad de la opulencia. Una vez leí una frase de un filósofo que la recuerdo frecuentemente. Más o menos decía así: " Aquellos que solo trabajan por lo que les pagan nunca conseguirán que les paguen más por lo que trabajan" .
Yo no desconfío de los jóvenes: son sanos, de mente abierta, con ganas y son siempre los que cambian el mundo. Lo que ocurre es que si estando en una sociedad que les puede ofrecer lo mejor conseguimos que sean los más incultos de Europa, "apaga y vámonos". La mejor herencia que se puede dejar a un hijo en una buena formación.
Como dice el periodista Manuel Trallero: "Una mala semana la puede tener cualquiera".
2 comentarios:
Este comentario se ha eliminado por error. Pido disculpas a Victoria. habré apretado un botón que no debía
Estoy abierto atodos los comenarios, críticas, alabanzas o reproches
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