No, no son diferentes. Son iguales lo que ha cambiado es su entorno desde el mismo momento de la concepción. Las condiciones del embarazo son mucho mejores, la mortalidad y morbilidad (enfermedades, especialmente infecciosas) ha cambiado de una forma radical. Eso ha creado un fenómeno paradójico: los niños están mejor y sobreviven más de algunas enfermedades como cánceres pero estamos aumentando el número de niños con enfermedades crónicas (y costosas) como los prematuros con sus secuelas neurológicas, los intervenidos de malformaciones congénitas, los que tienen enfermedades metabólicas genéticas y otros muchos trastornos.
En resumen, se está creando un grupo de pacientes que requerirán una atención multiespecializada y costosa de por vida.
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