El niño feliz es aquél que es alegre, acepta bien las reglas/normas adaptadas a su edad y es capaz de superar los obstáculos que se le presentan. Todo ello solo es posible si los progenitores o cuidadores les guían con paciencia, perseverancia y tranquilidad en el recorrido de su vida ya que les han de hacer ver la realidad no distorsionada, valorar sus sentimientos, fomentar su autoestima y hacer que se sientan queridos.
En resumen, un niño feliz es aquel que ríe siempre y disfruta de todo… hasta de las cosas más simples. A medida que va creciendo debe impregnarse de valores que le permitan ser un adulto maduro e independiente psicológica y económicamente.
Sinceramente, creo que la crisis económica será buena para los niños mientras tengan las necesidades elementales cubiertas como un entorno cariñoso, una nutrición correcta y una buena educación. Aprenderán, con su creatividad, a ingeniárselas y disfrutar de la vida con las cosas sencillas. Se puede disfrutar con muy poco.
1 comentario:
Pues sí que se puede, antes lo haciamos.
Me encanta su blog desde hace mucho tiempo aunque esta es la primera vez que comento ¡Siga así!
Publicar un comentario