lunes, 14 de noviembre de 2011

El niño que muerde

Los padres desean que sus hijos no sean agresivos con los demás y, en general,  intentan enseñarles que los golpes, bofetadas, pellizcos, arañazos, mordiscos, empujones, derribar y tirar del pelo son maneras de comportarse totalmente inaceptables. De todos estos comportamientos infantiles, el niño que muerde parece ser el más preocupante. Algunos profesores se asustan.  Los padres de un niño mordido se enfadan con la escuela por miedo a la infección y por creer que no vigilan a los niños. Es más, los más suspicaces desean que niño mordedor sea expulsado. Si ocurre en casa de otro niño no querrán que su hijo vuelva allí.

Morder es muy común. Se ha demostrado que más de la mitad de los niños de una guardería han mordido más de una vez. Los niños suelen descubrir su capacidad para morder por casualidad alrededor del año y durante la dentición. Primero lo hacen en broma con sus padres y a éstos les hace gracia por ser algo divertido. Es importante no seguir ese juego porque a la larga el niño lo considera un juego para llamar la atención. Al hacerse mayor morderá cuando esté enfadado, para llamar la atención o quiera quitarle algo a otro niño. si no se limita esta actitud el niño tiende usarla cuando en realidad debería resolver sus problemas con su lenguaje. A partir de los 2-3 años se puede convertir en un problema al emplearlo para manifestar su enfado o para intimidar  a otros niños.

El mejor momento para dejar de morder se convierta en un hábito es detenerlo en el "primer mordisco". Nadie de su alrededor, incluidos abuelos y hermanos mayores, deben reirle el morder como una gracia o un logro. Y menos debe considerarse como un juego.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sus post siempre son interesantes, gracias doctor. Yo siempre he pensado que es mejor que un niño pegue (o muerda ) a que le peguen (o le muerdan). Pero ahora que tengo un pequeño que cuando coge una rabieta muerde, empuja, pega y tira del pelo a quien se le ponga delante, creo que es mucho mejor ser agredido que agredir. Desde luego las madres de los niños pegones lo pasamos fatal y la mayoría intentamos por todos los medios posibles quitarles esos hábitos tan malos. Y casi lo peor son las miradas y comentarios de otras madres, reprochándonos "lo mal que lo hacemos y lo malos que son nuestros hijos". Es difícil ponerse en la piel del otro, supongo.

Anónimo dijo...

Todo suele empezar con un juego, los primeros golpes, las patadas, hacen gracia a padres, hermanos y abuelos q así sólo las refuerzan. En el aula de 3 años es fácil verlo y ver como lo usan los niños con dificultades de lenguaje para comunicarse. Es importante q a estos se les enseñe la manera de hacerse entender y a sus compañeros de escuchar. Diciendo cosas como para pedir poner la mano o tocar despacio para llamar la atención se llega despacio a solucionar, mientras q su lenguaje vaya evolucionando.