lunes, 14 de marzo de 2011

A las víctimas del terremoto y tsunami

Les resumo parte de mi prólogo del informe Faros que presentamos hace poco y, todo hay que decirlo, con éxito de público y crítica. Lo dedico al pueblo japonés en esta horas tan difíciles. Seguro que resurgirán con más fuerza en poco tiempo. No sé que pasaría si el desastre hubiera ocurrido en España donde estamos en la ruina moral y económica.

En la definición de la Real Academia de la lengua, instantánea significa “que solo dura un instante” o “impresión fotográfica que se hace instantáneamente”. Eso es lo que pretendemos hacer con las reflexiones aportadas por expertos del entorno familiar y de los jóvenes. Sólo un apunte; el periodo histórico comprendido entre la Revolución francesa y la actualidad, un total de 222 años, entre 1789 y el presente, es la llamada Edad Contemporánea. Para darnos una idea exacta de esta instantánea escrita en estas páginas, si comparamos los años que han pasado entre estas dos épocas con un minuto, los autores examinan los 2,7 segundos que corresponderían al siglo XXI. Un tiempo de exposición muy corto. Paralelamente a la redacción de este escrito ha aparecido un libro de fotografías, ”Década”, que es un complemento perfecto a este número de FAROS con una selección de 500 fotografías de todo el mundo con los momentos clave de estos 2,7 segundos.

En el libro “Un mundo feliz", escrito en 1932 por Aldous Huxley, describe una democracia que es, al mismo tiempo, una dictadura perfecta; una cárcel sin muros en la cual los prisioneros no soñarían con evadirse. Un sistema de esclavitud donde, gracias al sistema de consumo y el entretenimiento, los esclavos amarían su servidumbre. Para el logro de este objetivo, Huxley imagina una sociedad que utiliza todos los medios de la ciencia y la técnica - incluidas las drogas - para el condicionamiento y el control de los individuos.

En ese mundo, todos los niños son concebidos en probetas y están genéticamente condicionados para pertenecer a una de las 5 categorías de población. De la más inteligente a la más estúpida. Todos son felices, porque su estilo de vida es totalmente acorde con sus necesidades e intereses. Los descontentos con el sistema (los menos) son apartados de la sociedad ideal y confinados en colonias especiales donde se rodean de otras personas con similares "desviaciones", alcanzando también la felicidad. Otro pensador, George Orwell, publicó "1984”, otro ejercicio de proyección futurística pero basado en la fuerza y la coerción. Si reflexionamos un poco, ambos coinciden plenamente en el mundo actual.

En el campo de las tecnologías todavía es posible hacer un ejercicio mental de futuro tal como hizo Stanley Kubrick en su película: “2001: Una odisea del espacio”, estrenada en 1968. Recordemos que el primer IBM PC fue lanzado el 12 de agosto de 1981, google.com fue registrado el 15 de setiembre de 1997, twitter.com aparece online el 21 de enero de 2000, el 4 de febrero de 2004 estalla Facebook y el 3 de febrero de 2007 se presentó el primer iPhone.

En el momento de escribir estas líneas, diciembre de 2010, se ha añadido un elemento casi sin precedentes en la historia; en el verano del 2007 estalló la crisis económica mundial más fuerte experimentada desde la Gran Depresión de 1929, con unas estructuras sociales y familiares absolutamente diferentes. Saber cómo conducir una crisis es muy difícil y hacer previsiones de futuro tanto económicas como sociales todavía menos en un mundo tan globalizado.

Aunque un lego (aquella persona falta de instrucción de una materia determinada) tenga ciertos conocimientos, cuando examina una obra de arte, una radiografía o una fotografía se le escapan detalles que por mucho que los intente “descifrar” le pasan desapercibidos a no ser que un guía le haga “ver” dichos detalles. Eso es lo que se ha pretendido con esta instantánea. Los expertos nos ilustran sobre la situación actual de la familia, de la adolescencia y de la juventud. Como pediatra me encuentro con situaciones familiares nuevas ante los adolescentes y su entorno. La pregunta. “Y tú, ¿con quién vives?” hasta hace poco excepcional, es ahora habitual.

Algunos augurios pronostican un futuro nebuloso, desde un punto de vista médico, para la infancia actual en los “países del primer mundo”: la generación actual vivirá menos años que sus predecesores por la obesidad y falta de ejercicio físico, los problemas cardiovasculares serán la epidemia silenciosa o, por el contrario, vivirá más de 100 años si se siguen los consejos del Dr. Fuster. Vivir más años conlleva un aumento de la cirugía, de los enfermos crónicos –mentales, cardiovasculares, osteoarticulares, metabólicos, etc., de las adicciones a videojuegos, de la mortalidad juvenil por asesinatos, de la violencia escolar, de los problemas de integración con la inmigración, de la conciliación laboral y otros muchos. Sin embargo, el autor de estas líneas es optimista por un sencillo motivo, la humanidad ha sabido, en el decurso de la historia, hallar los caminos para la rectificación y el progreso.

En este volumen se analizan los cambios profundos en la natalidad, en la estructura familiar y en su composición así como la repercusión futura en el adolescente con alguna enfermedad crónica. Las tecnologías y las redes sociales jugarán un papel importantísimo en el desarrollo, aprendizaje y convivencia entre los jóvenes; como en todo en esta vida será bueno o malo en función de su enfoque y su uso. Indudablemente en la medicina y en los enfermos crónicos, en su propio cuidado y en sus relaciones con los demás.

La sociedad ha cambiado, los estilos de vida y los valores también. No se ha conseguido una buena definición sobre lo que es el valor de los seres humanos. Una aproximación sería aquella escala ética y moral que el individuo posee a la hora de actuar estrechamente relacionada con la educación que cada uno ha recibido desde pequeño. Para el filósofo Josep Mª Terricabras son “los principios, ideas, relaciones y experiencias que creemos que dan valor, fuerza y encanto a la vida”.

Finalizo con una cita del científico Wernher von Braun: “Cuando lo creas todo perdido, no olvides que aún te queda el futuro, tu cerebro, tu voluntad y dos manos para cambiar tu destino.” Y, eso precisamente, es lo que hemos de transmitir a los jóvenes. José Antonio Marina, filósofo por el que tengo una gran admiración nos habla en sus escritos de la “superación” que es capaz el ser humano, es decir, de mejorarse. Es evidente que los padres actuales han olvidado la máxima de Confucio: "Educar bien a un hijo consiste en dejarle que pase un poco de hambre y un poco de frío". Darles una buena formación es todo lo que podremos hacer ya que no estaremos en esta tierra para ayudarles. Al decir de Abadía, quizás no nos lo podrán agradecer pero si les damos una buena formación conseguiremos personas responsables, sanas, de mirada limpia, honrados, no murmuradores, sinceros y leales.

1 comentario:

PRIMA EVA dijo...

Muy, muy interesante. Santi ¿¿cómo puedes hacer tantas cosas??