Sabemos que el número de niños y jóvenes con lesiones cerebrales después de un traumatismo ha disminuido mucho desde la recomendación u obligación de llevar casco en la práctica del deporte. ¿Por qué no protegemos sus ojos? Las lesiones oculares más frecuentes son erosión corneal, inflamación del iris, hemorragias en la cámara anterior del ojo, cataratas traumáticas, lesiones de la retina y rotura del globo ocular. Eso sólo si hablamos del ojo porque hay el capítulo de las lesiones de la órbita.
Los deportistas entre 5 y 14 años tienen mucho más riesgo de padecer lesiones oculares ya que están en fase de aprendizaje y no dominan bien sus reflejos. Las actividades deportivas se han clasificado según su grado de lesión ocular en: bajo riesgo- ciclismo, esquí, natación y lucha; medio- rugby, fútbol, voleibol, tenis, badminton y waterpolo; alto-por usar "proyectiles", hockey, frontón, squash y béisbol. La lista es más larga y sólo pongo unos ejemplos.
Las gafas para deportes son especiales y por tanto es aconsejable acudir a una buena óptica. Han de cumplir la normas de la American National Standards Institute (ANSI) ANSI Z87.1: ser muy resistentes al impacto, fotocrómicas y que protejan de los rayos ultravioleta.
Nadie se sorprende ahora al ver ciclistas con casco o patinadores con protectores. De la misma forma nos acostumbraremos a ver en los jóvenes deportistas con gafas protectoras. Recuerden el slogan de hace años "Dos ojos para toda la vida"
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