sábado, 15 de diciembre de 2007

Ese no es mi hijo...

Los niños y niñas son listos y unos "pájaros" de mucho cuidado. En casa, algunos, aprenden a dominar las situación.Les y consiguen que todo gire alrededor de ellos convirtiéndose en unos pequeños déspotas: eligen la comida o la ropa, rechazan enérgicamente o con rabietas lo que no les gusta y frecuentemente tienen problemas a la hora de ir a dormir. En cambio, cuando están la guardería o en el colegio su comportamiento cambia radicalmente y se convierten en "niños modelo": apacibles, colaboradores, obedientes, comen todo... "¡No puede ser!, exclaman los incrédulos padres padres. ¡Ése no es mi niño!"· No se creen que sea así y muy especialmente con las comidas. ¿Qué transformación milagrosa se produce de un lugar a otro?

El entorno y los compañeros de clase ejercen una poderosa influencia para las preferencias y rechazo de las cosas. Observando a los demás e imitando, el niño adquiere muchas habilidades. A los adultos nos ocurre los mismo. Un ejemplo: nuestros modales a la hora de comer son muy diferentes si comemos en casa que en una mesa con invitados de una boda; la mayoría de comensales intentará por todos los medios seguir las normas de urbanidad que han aprendido, difícilmente rechazarán la comida y procurarán ser lo más educados posibles. "Allá donde fueres haz lo que vieres". A propósito, les recuerdo que en un post anterior ya les sugerí que si me invitan a una boda empleo el "método Hannover", glorioso donde los haya.

El comportamiento del grupo es fundamental para modificar el del individuo. También esto ocurre en los niños y por eso puede ser tan peligroso durante la adolescencia. Esta influencia de lo que hacen los demás estando juntos induce al niño a probar nuevos alimentos y observar una conducta adecuada durante la comida.

En general muchos niños comen mucho mejor en el colegio que en casa.

Algunos padres, si el niño es poco comedor, prefieren que coma en casa y no en la escuela por un razonamiento que a ellos les parece muy evidente: "Si en casa come tan poco y siempre tengo que estar pendiente de él menos comerá en la escuela que lo controlarán menos". Cuando existen problemas con el hijo durante las comidas deben plantearse seriamente a cualquier edad dejarlo a comer, si la economía familiar lo permite, en la guardería o escuela. Esta experiencia de comer fuera de casa. Estar sometido a la "disciplina de grupo" es muy enriquecedora.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bona nit Doctor, veig que segueix a la última, veure´l desde Andorra via youtube es algo impresionant, crec i si Deu vol el veig a una TV, amb el seu espai setmanal, cosa que de tot cor es mereixeria, ja que metges com vosté que els hi agradi tant la seva feina en conec ben pocs, felicitats i si us plau segueixi aquest cami que el portará força lluny, i si surt algun programa de tv, si us plau penji´l al blog ja que desde Andorra no veiem City Tv, 8 Tv,etc...Bon Nadal i Ho,ho,ho...


Xavier Sabat

Anónimo dijo...

Querido doctor,
¡Es condición humana! Somos animales gregarios, y como tales nos comportamos, desde la tierna infancia. Yo soy un macho alfa: tengo un buen sueldo, un cochazo de lujo y una mujer de chuparse los dedos.Detesto a los beta, que se contentan con nóminas mediocres, vehículos de segunda mano y marujas. La pena es que no seamos más primates: como sabrá, en situaciones de tensión, los beta se dan media vuelta, se agachan y dejan que el alfa les haga la "caidita de Roma". ¡Jal!
Para nuestros niños, no hay letra del alfabeto griego que respeten: dan por culo de la alfa a la omega.