La adolescencia es un periodo de la vida que puede resultar algo complicada, confusa y desesperante para los padres. Con frecuencia algunos desean fervientemente que su hijo/a se independice lo antes posible cuando sea capaz de ganarse la vida... cosa algo difícil en los tiempos que corren. Curiosamente a mucho padres les gusta que no se vayan de casa; a pesar de los pequeños roces de la vida diaria, prefieren eso que quedarse con el "nido vacío".
Aunque casi el 70 % de los jóvenes superan la adolescencia sin mayores problemas, casi todos lo padres han tenido o tendrán las inquietudes que se describen a continuación. la mayoría son normales y forman parte del proceso del desarrollo y maduración del adolescente. Si alteran la armonía familiar puede ser necesario consultar a un especialista.
- La "rebelión" del adolescente. Forma parte de su proceso de independencia; rechaza la autoridad y las opiniones de los padres. Actitud desafiante, tonos de voz altisonantes, portazos y conducta esquiva ("no me cuenta nada de lo que hace", "sólo sabe decir si o no"). Esta "sublevación"es más acusada hacia los 16 años.
- Pérdida de tiempo. Puede pasar horas en su cuanto "sin pegar ni sello".
- Variaciones en el estado de ánimo. Pasa de la euforia y actividad imparable a periodos de irritabilidad y desánimo con una rapidez asombrosa.
- Cansancio. Más aparente que real. "se derrumba en el sofá","le cuesta moverse", "va agotado", "es un vago" pero como haya algo interesante parece haber tomado mil Red Bulls (r).
- Cochino/a y desordenado/a. "Su cuarto es una leonera y parece una pocilga", "toda la ropa siempre está por el suelo", "le cuesta ducharse".
- Comportamientos de riesgo. Por su energía hace actividades deportivas extremas o no:"va como un loco con la moto".
- Experimentación con drogas. Uno aprende con error acierto. La experimentación con drogas es normal; los padres han de vigilar el consumo habitual.
- Actividad sexual. La información exhaustiva que tienen no es capaz de frenar los "impulsos" o las "ocasiones si te ponen a tiro". El embarazo es la mayor preocupación de los padres, más que la enfermedades de trasmisión sexual. Hablar de sexo y drogas con sinceridad y no paternalista es muy recomendable.
No se desanimen, la adolescencia "es una enfermedad" que se cura con el tiempo.
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