Peluquería rápida sin rulos ni secador para el bebé

A mi consulta vienen padres argentinos. Son de una gran cultura, me encanta la "musiquilla" de su conversación (¡hola, goooordo! sin ofender) y tienen un vocabulario extensísimo. Hace poco vino una de ellas y me explicó la costumbre de "pelar" a los recién nacidos ya en la clínica -hospital de su país. Me quedé sorprendido; no lo sabía. Es curioso lo que se llega a hacer con un recién nacido (circuncidar por motivos religiosos) y, en este caso raparlo al cero.

Indagué un poco sobre esta costumbre. En muchos países de habla hispana, incluido el nuestro, todavía existe la creencia que al cortarlo luego sale más fuerte y tupido; si eso fuera verdad yo no estaría tan calvito.... Tuve a una mamá en la consulta, años ha, en una época en que las pestañas largas estaban de última moda. Ni corta ni perezosa iba cortando las pestañas periódicamente para tener a una hija preciosa de mirada lánguida. La diosa Fortuna quiso que no le vaciara un ojo. Después de muchos intentos, a pesar de mis consejos, se dio cuenta de la ineficiencia de su esfuerzo.

A parte de esta falsa creencia hay otros motivos más sutiles para cortar el pelo a un recién nacido. Hasta bien entrados los años 70, la costumbre mandaba cortarles el pelo por razones de higiene y también para que las madres guardaran el primer mechón. Además, era como un ritual para preparar la entrada del recién nacido en el Reino de Dios pues circulaba el rumor de que ese primer pelo tenía vínculos demoníacos. Pelar al recién nacido y bautizarlo pronto eran dos urgencias familiares. Mas tarde, los pediatras recomendaron eliminar la primera práctica, alegando que constituía una verdadera tortura a los bebés. Pero la costumbre permanece y es probable que se mantenga el número de niños pelados y que disminuya la frecuencia de los bautizos,vean este (pulse) video tan elocuente.

A la pregunta: ¿Puedo rapar a mi bebé? La respuesta es sí. A muchos papás les gusta ver su cabeza redondita, otros no quieren zonas con más pelo que otras y, finalmente, les es más fácil lavar su cabeza.