domingo, 24 de abril de 2011

La talidomida 50 años después

La palabra "focomelia" describe una condición extremadamente rara en la cual los bebés nacen con los miembros que parecen aletas. El anatomista francés Etienne Geoffroy Saint-Hilaire acuñó la palabra en 1836, e inmediatamente se hundió en una oscuridad científica de 120 años. Y hace cincuenta, de repente, retumbó en todo el mundo.

Los médicos empezaron a ver más y más casos. Resultó que un medicamento llamado talidomida, que las mujeres embarazadas tomaban para los vómitos matutinos era la responsable de la epidemia de focomelia en los recién nacidos. La talidomida se comercializó primera vez en 1957, en Alemania, y se consideró tan segura que se vendía sin receta y la compañía farmacéutica la introdujo en otros 45 países. Revistas y periódicos publicaron imágenes impactantes de niños sin extremidades y el medicamento se retiró en 1962 pero ya era tarde; habían nacido más de 10.000 niños malformados, sobre todo en Europa y el 40% de ellos murió antes de cumplir el año de edad, el resto tuvo que sobrevivir con las terribles secuelas.

Todas las teorías y suposiciones de su forma de actuar sobre el feto se fueron al traste o eran poco sólidas. Era un rompecabezas porque cuando se ingiere la talidomida se descompone en,  por lo menos, 18 metabolitos diferentes con una estructura propia y, como resultado, pueden interactuar con las células de una manera diferente. Por fin, el metabolito CPS49 parece ser el causante del fenómeno ya que provoca el cierre de vasos sanguíneos muy finos en el feto. Cuando eso ocurre no hay riego sanguíneo y lo que ocurre es que los vasos de las extremidades son los más finos por lo que quedaban sin circulación y,  en cambio, los de los brazos y piernas, más gruesos, resistían el efecto del metabolito. De todas formas para que eso fuera así se ha descubierto que debía unirse a alguna partícula del embrión que se ha indentificado como una proteína, poco conocida pero extendida en los tejidos fetales y de los adultos, llamada cereblon. En España existe la Asociación de Víctimas de la Talidomida en España y otras inhabilidades (AVITE). Impresiona entrar en ella y les invito a hacerlo.

No sé si hemos llegado al final de esta tragedia pero lo admirable el el tesón de los investigadores. Con gente así hay un mundo de esperanza.

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