Ayer, una periodista de El Periódico me hizo una entrevista general y, le comenté la importancia de "esta asignatura pendiente", perdida con el paso de los años. Este documento le he recuperado de uno de mis múltiples ordenadores - perdonen la fardada. Los tengo en el hospital, en casa, en la consulta y dos miniportátiles de rebajas para mis robots. Seguro que ya lo puse en su día en este blog pero no está de más repetirlo cuantas veces sea menester. A mi me educaron en un colegio religioso en el que la Urbanidad era un capítulo muy importante de la formación y ha dejado huella en mi forma de ser y actuar.
La urbanidad, consiste en saber convivir en comunidad, saber comportarse de modo correcto en cualquier ocasión para agradar a quienes nos rodean.
Principios básicos de urbanidad:
- Respetar al otro como un otro: su carácter, su amor propio, sus opiniones, inclinaciones, caprichos, costumbres, etc., aunque las consideremos defectos. El respeto da un paso más que la tolerancia.
- Escuchar, más que hablar: descubrir quién es el otro, qué quiere, qué piensa. No dirigirse a él como si fuera una proyección de nosotros. Hablar sin descanso es una descortesía hacia los demás, y además revela cierto egoísmo.
- Comprender, antes que juzgar: no odiar al otro ni hablar mal de él ante otros por lo que creemos que son sus defectos. Siempre es mejor preguntarse: ¿qué hace que la persona que nos molesta actúe de la forma en qué lo hace? Así, será más fácil que comprendamos y más difícil que odiemos.
- Pensar antes de actuar o de hablar: elegir siempre la mejor oportunidad, no ser imprudente. Evitar palabras molestas, observaciones poco delicadas, descorteses o demasiado personales.
- Ser discreto: no hacer preguntas que nos hagan parecer excesivamente curiosos, ni divulgar los secretos que otros nos han confiado. De lo contrario, nos ganaremos que nadie confíe en nosotros.
- Adecuar nuestra opinión a los conocimientos del otro: evitar hacer comentarios sobre historia, ciencia, cultura o arte cuando no se conoce el grado de conocimiento de las personas que escuchan.
- Captar la situación del otro: percibir cuál es su estado anímico y, según eso, decir lo que sea apropiado.
- Tratar a los demás como nos gustaría ser tratados.
- En cuanto a nuestra educación como padres, es lógico que para que las personas cumplan con su misión por completo, deben ser educadas desde la infancia con las más elementales reglas de urbanidad. Por eso se dice que la educación nace en la cuna. No acabo de esta de acuerdo con el lema "para educar a un niño hace falta una tribu". Por lo menos "en mis tiempos" -ya soy veterano- no hacía falta.
Normas de educación para padres:
- Hablar en voz baja, con dulzura, calidez y seguridad ante el bebe en la cuna.
- No discutir jamás delante del niño y mucho menos decir malas palabras.
- Dar el ejemplo siempre, no realizar nada obsceno, no criticar, ni hablar mal de otras personas, inclusive familiares.
- Mantener una disciplina general en todo momento, tener orden, respeto de los horarios, cumplimiento del trabajo, buena administración del dinero y buenas relaciones humanas.
- Cenar todos los días en familia dándole el ejemplo con una buena mesa servida, buenos hábitos alimenticios y buenos modales.
- Enseñarles a cumplir con sus deberes, desde las tareas en la escuela, hasta el cumplir con promesas y ofrecimientos a otros niños o personas. Así les enseñaremos a ser hombres y mujeres de palabra.
- Desde bien pequeños darle el ejemplo y mostrarle que el saludo, aunque no conozcamos a la persona, es básico para dar una buena impresión siempre.
- Hablar correctamente el idioma que tengamos.
- Ser sociables, poder sostener una conversación con todo tipo de personas. Ser cortés ante todos.
- Vestir apropiadamente, de acuerdo a la edad y a la ocasión.
- Tratar de evitar discusiones en tonos alterados y bajo estados emocionales extremos. Una sonrisa junto a una disculpa, es la mejor forma de evitar altercados desagradables.
- Respetar la puntualidad y de no poder asistir por causas inevitables, comunicarlo con tiempo.
- Colocar un poster en la pared de la habitación del hijo con el Artículo 155 del Código Civil que reza como sigue. Los hijos deben:
1. Obedecer a sus padres mientras permanezcan bajo su potestad, y respetarles siempre. 2. Contribuir equitativamente, según sus posibilidades, al levantamiento de las cargas de la familia mientras convivan con ella.
Repito una frase anterior: Tratar a los demás como nos gustaría ser tratados (es el amarás al prójimo como a ti mismo). Para finalizar pongo unos cuantos mandamientos olvidados aunque no soy creyente:
El quinto mandamiento de la ley de dios es: no matarás
El sexto mandamiento de la ley de dios es: no cometerás actos impuros
El séptimo mandamiento de la ley de dios es: no robarás
El octavo mandamiento de la ley de dios es: no dirás falso testimonio ni mentirás.
El noveno mandamiento de la ley de dios es: no consentirás pensamientos ni deseos impuros.
El décimo mandamiento de la ley de dios es: no codiciarás los bienes ajenos.
Está claro que el 69 (perdón el 6 y el 9) no tienen repercusión general pero lo otros...
1 comentario:
¿Cuantos puedes fallar para poder considerarte un "buen" padre?
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