lunes, 23 de agosto de 2010

Empezar a poner orden en las comidas antes del cole

El cole ya está a la vuelta de la esquina; no está de más volver a dar el "coñazo" de lo que tantas veces han oído o leído. Los niños con edades comprendidas entre los 3 y los 11 años necesitan ingerir entre 1.750 y 2.800 kilocalorías repartida entre 4 a 5 comidas al día. Todas las comidas son necesarias empezando por el desayuno, primera comida del día que debe contener lácteos, frutas y cereales. Los niños que no desayunan difícilmente consiguen complementar con las demás comidas del día los aportes necesarios de energía, calcio y otros nutrientes. Diversos estudios han puesto de manifiesto que las personas que desayunan mantienen un IMC (Índice de Masa Corporal) dentro de los límites saludables en mayor medida que las que no lo realizan.


La comida del mediodía es la que aporta la mayor cantidad de calorías. El pescado, en bastantes ocasiones, es bastante mal aceptado por los niños y, por ser un "proveedor" de proteínas se encuentra en la pirámide de los alimentos en el grupo de las carnes.y los huevos. Se recomiendan dos raciones al día de todos estos alimentos proteicos, los niños deben aprender a comer de todo tipo de carnes y pescados. Las recomendaciones para el pescado han de ser de 4 a 5 veces a la semana variando entre pescado blanco y azul. El pescado nos aporta proteínas de alto valor biológico así como aminoácidos esenciales para la formación y crecimiento de los tejidos, con una proporción más baja de grasas (excepto el pesado azul) aunque estas grasas son muy saludables ya que contienen ácidos grasos esenciales, componentes de la grasa que no podemos sintetizar y que son indispensables para diversas funciones del cuerpo humano.


Uno de los problemas de la alimentación del niño es conseguir unos buenos hábitos alimentarios, es decir, rutinas y habilidades para que aprenda a comer bien por medio de trucos y estrategias diferentes como:
  • Forma de presentar los alimentos. Los niños responden ante las formas y los colores y se puede ser creativo haciendo, por ejemplo, platos que reproduzcan caras humanas o formas de animales como un juego divertido
  • Dejar que ayude en la cocina. Explicarle qué se va a hacer y cómo se hace les puede fascinar sise plantea como una aventura
  • Variedad ante todo. Es difícil que un niño aprenda a comer bien si no ha entrado en contacto con una gran variedad de productos. Hay niños con buen apetito, curiosos (a los que les encanta probarlo todo), lo que facilita la tarea educativa de los padres. Otros, por el contrario, son inapetentes, perezosos, desinteresados por la comida, e incluso algunos la utilizan para conseguir lo que desean (ir al cine, un juguete, no acostarse temprano, ver más horas de televisión, etc.)
  • La comida no es ni un premio ni un castigo. No hay que hacer concesiones inaceptables aunque sí hay que mostrar un respeto por el apetito del niño. Si realmente no tiene hambre, no hay que forzarle a comer pero tampoco hay que dejar que haga su voluntad
  • Los padres que se preocupan en exceso por la comida pueden lograr que un acto que ha de ser divertido y placentero en batallas que se repiten cuatro o cinco veces a día
  • Respetar los horarios. Para que el “reloj” alimentario de su hijo funcione tiene que estar acostumbrado a una ingesta regular de alimentos. Así, las cinco comidas del día han de estar repartidas más o menos siempre a las mismas horas
  • Compartir. Si es posible compartan las comidas con ellos y no coman en momentos diferentes. Ayuda a estrechar los lazos afectivos y a transmitir conductas y hábitos alimentarios correctos
  • Evitar el picoteo y el abuso de aperitivos de chucherías. A partir de los 7 años los niños suelen tener su propio dinero gracias a la paga semanal. Procurar que no se lo gasten todo en “chuches”. La comida no es un remedio contra el aburrimiento, la ansiedad o la tensión.
  • Sin agobios. Como padres han de supervisar la comida de sus hijos y fomentar la ingesta de los alimentos más saludables pero tampoco atosigarle ni ser inflexible. Se pueden lograr el efectos indeseado como aversión contra algunos alimentos -a mí me ocurrió con el melón
  • Coherencia. Toda la familia ha de seguir el mismo comportamiento alimenticio. Resulta difícil inculcar un hábito alimentario saludable, cuando quien lo aconseja no lo pone nunca en práctica
Si así lo hicieren, Dios se lo premie; y si no, se lo demande

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy util su post pero para llevar a cabo en casa.
¿Quien educa a las monitoras de los comedores escolares?. Conozco a gente, yo incluido, que han tenido que sacar a sus hijos del comedor y pagar a una niñera para no crear problemas donde no los hay.

Anónimo dijo...

Soy una madre obsesionada por la alimentación de su hijo, lo reconozco abiertamente, y eso que desde que nació distintos pediatras me han aconsejado relajarme en este sentido, pero no he conseguido hacerlo cuando veo que mi hijo podría estar sin hacer varias comidas seguidas ¿donde está el límite?

Dr. Santi dijo...

No hay límite. No me da datos de la edad de su hijo pero hay que averiguar porqué usted está obsesionada con la alimentación. ¿Qué le preocupa? ¿Usted se preocupa por lo que va a comer usted? ¿De pequeña la obligaron? ¿Su hijo es capaz de ir a su cama y dormirse solo o debe usted acompañarle? Casos como el suyo los encuentro muy interesantes.
Saludos

David Pérez dijo...

Santi: ¿qué hago con mi hijo, quien tarda 1 hora y media para comer una pechuga de pollo con ensalada? Eso sin quitar las toses que bien conoces, pues son sólo cuando come desde que nació.

Gracias por tu blog.

Lola dijo...

Al anónimo preocupado por el personal de vigilancia de comedor.

Soy maestra y también me dedico a vigilar el comedor. Creo que debería haber coherencia en este tema entre las familias y el centro. En mi colegio somos los/as tutores/as quienes EDUCAN en el comedor, procurando que coman de todo, respeten las normas y adquieran hábitos de alimentación saludables. Las monitoras y monitores de comedor realizan también la vigilancia en cuanto a las normas, pero únicamente se dedican a servir y recoger. No pueden recoger la bandeja si adviertimos que el niño/a no ha comido de todo y en la cantidad suficiente.
Debería conocer si en su centro es así y, por tanto, exigir EDUCACIÓN en el comedor.

auxiliar pediatria dijo...

Muy buen blog. Considero que la prevención, cuidado y tratamiento de recién nacidos y menores es una prioridad del Sistema Sanitario y por tanto esta especialidad está muy bien valorada y cuenta con mucho futuro dentro de la Sanidad.