Pobrecillos; se duermen por la mañana porque son unos noctámbulos de tomo y lomo y en la escuela no rinden piensan los padres o muchos médicos. Pues ¡oh sorpresa! quizás es verdad que tengan que entrar más tarde en la escuela. En un editorial publicado el 7 de julio (Arch Pediatr & Adol Med 2010; 164: 676 - 677) titulado School start and sleepy teens razona que cada vez hay más evidencias de que en los adolescentes su ritmo biológico de sueño cambia de tal forma que la hora de estar más despejados es hacia las 11 pm y su hora natural de levantarse sería a las 8 am. ¿Qué ocurre ahora? Las escuelas en EEUU empiezan a la 8 am o antes y para llegar a la hora muchos estudiantes requieren entre 75-90 minutos de transporte y, por tanto, han de levantarse y desayunar entre las ¡5:45 am y las 6:30 am!. Increíble, pavoroso. Sabido es que cenan mucho más pronto que nosotros y también se tumban en el catre hacia las 9-10 pm pero si tenemos en cuenta ese cambio fisiológico que tienen los adolescentes -síndrome de la fase del sueño retrasada (SFSR) (en inglés delayed sleep-phase syndrome, DSPS)- se van a dormir cundo están más despejados y su rendimiento escolar es inferior al deseado.
Algunos expertos en sueño recomiendan un replanteamiento de la entrada a clases de los adolescentes en el sentido de que sea una o dos horas más tardía que en la actualidad. Una medida tan aparentemente simple como retrasar una hora la entrada a la escuela es de un complejidad tremenda dependiendo del entorno en el que se viva. En una población pequeña o rural probablemente sería fácil de implementar pero en una gran ciudad el coste del transporte a diferentes horarios, la reorganización de la vida familiar y otros factores hacen casi imposible que se pueda tomar una medida de este calibre.
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