Relaciones sexuales,consulta, telepediatría y ética

Recibí esta carta en mi correo electrónico del hospital: buenas tardes doctor le escribo desde xxx para pedirle un favor, ojala pueda, tengo una amiga que quisiera saber si es virgen,porque tuvo tocamientos con su novio,pero no la ha penetrado,pero le introdujo sus dedos y sintió dolor,y para ella es muy importante saberlo pero no quiere ir a un ginecólogo porque se muere de la vergüenza,es muy tímida,no se si mandándole algunas fotos de su vagina usted podría ver si a simple vista esta virgen aun,por favor doctor hágale ese favor y dígame si puede ayudarla, le agradezco de antemano su ayuda, saludos.

Ustedes, ¿qué harían? Contestarían, pedirían las fotos o es una broma. Lo que describe esta chica no es una situación excepcional. La pareja ha optado por el petting y en el encuentro sexual tiene miedo de que se haya desgarrado el himen y no sea virgen al llegar al matrimonio; este hecho que en nuestras latitudes no tiene mucha importancia en otras culturas es sagrado y motivo de escarnio si ha perdido la "virginidad". Es interesante saber más sobre los mitos que existen sobre el himen. La chica aporta pocos datos sólo refiere un dolor sin sangrado. La consistencia, forma y resistencia del himen es muy variada y se sabe que no estar íntegro no significa necesariamente que haya tenido relaciones sexuales. Yo sólo puedo tranquilizar a esa chica diciéndole que lo más probable es que no se haya roto el himen con unos dedos aunque tampoco precisa la "fogosidad" empleada. No puedo aceptar esas fotos por Internet para hacer un diagnóstico; no tengo ninguna relación médico paciente y enviar imágenes sin consentimiento informado y sin encriptar está prohibido por ley. De todo lo que me pide, suponiendo que sea verdad, sólo puedo decirle que es probable que siga intacta. Lo razonable sería que fuera a una ginecóloga en un lugar que no la conozcan.

Esta situación, que parece esperpéntica, me lleva a recomendarles que hablen seria y abiertamente con sus hijos/as del petting. Copio y pego de una web. El término petting, tan familiar entre los jóvenes anglosajones, es una expresión inglesa muy antigua, procedente del verbo "to pet", que alude al hecho de acariciar, mimar, besuquear... Aunque puede usarse en un sentido amplio, cuando hablamos de relaciones sexuales, el petting se convierte en un intercambio de muestras de afecto, en una especie de juego amoroso y placentero, en el que todo está permitido, excepto el coito. Existen diferentes motivos que llevan a muchos jóvenes a practicar esta forma de intercambio de caricias, prevalece por encima de todos el de evitar un posible embarazo cuando no se tienen a mano otros medios anticonceptivos o no se quiere recurrir a ellos.

Otras razones pueden ser el miedo a contraer alguna ITS (infección de trasmisión sexual) o el deseo de conservar el himen intacto hasta la noche de bodas, manteniendo la virginidad. El petting no es una técnica que deba aprenderse en ningún manual, sino que se desarrolla de forma natural y progresiva, a medida que los miembros de la pareja van cogiendo confianza. No existe una fórmula universal que pueda aplicarse en todos los casos: se puede acariciar o besar cualquier parte del cuerpo, lamer los lóbulos de las orejas, dar masajes eróticos... Existen múltiples fórmulas para llegar al orgasmo sin tener que pasar por la penetración. Los detractores del petting creen que las verdaderas relaciones sexuales tienen que acabar en el coito. Quizá esta idea se asocia de alguna manera con el mito de la reproducción y fecundidad a lo largo de la historia de la sexualidad. Pero la sexualidad puede expresarse de mil formas y todas ellas son igual de válidas.

Algunos afirman que el petting no es lo normal, incluso afirman que es perjudicial. ¿Tienen razón? La respuesta es NO. En las relaciones sexuales entre dos personas, lo anormal es hacer algo que vaya contra la voluntad de uno de ellos. Lo que se escoge libre y voluntariamente y satisface a ambos, rara vez puede perjudicarnos. Además, también de adultos este tipo de relación es muy placentera. Lo cierto es que no existe ningún estudio que demuestre que el petting pueda dañar la salud personal ni de la pareja. Por el contrario, el tener un embarazo no deseado sí puede acarrear graves problemas, especialmente si ocurre una edad muy temprana.