viernes, 10 de julio de 2009

La silla del Almirante Rickover

Muchos de ustedes no deben saber quién era el Almirante Rickover. Un "pájaro" de mucho cuidado, admirado, respetado y temido. Hay muchísimas anécdotas sobre y citas que dejó para la posteridad. Reproduzco la más conocida porque el interlocutor todavía está entre el mundo de los vivos.

Jimmy Carter, el presidente número 39 de los Estados Unidos, tituló su autobiografía: Why not de best?, que traducido significa: “¿Por qué no lo mejor?”. El título nació de un encuentro que Carter tuvo con el Almirante Hyman Rickover, que le hizo esa pregunta a Carter cuando era un joven oficial naval. Hablaron de varios temas y Jimmy Carter creía que los dominaba pero a medida que conversaba con el Almirante, empezó a darse cuenta de que no sabía tanto como creía. Al final de la entrevista el Almirante le espetó:
- "Señor Carter, cuando usted estaba en la Academia Naval, ¿qué puesto ocupaba entre los estudiantes?"
- "Almirante Hyman, yo ocupaba el puesto número 59 en mi clase de 820 estudiantes" contestó Carter con orgullo. Carter esperaba ser felicitado por su respuesta y por lo tanto fue sorprendido al escuchar que el almirante preguntaba:
- "¿Dio usted lo mejor como estudiante?"
Carter estaba a punto de decir que sí, pero empezó a recordar las ocasiones en las que no se había esforzado en sus clases, así que respondió:
- "No, señor, no siempre di lo mejor"
Fue entonces cuando el Almirante dijo la pregunta que marcaría la vida de Jimmy Carter:
- “¿Por qué no dio lo mejor?”, y con esto el Almirante giró en su silla y dio por terminaba la entrevista.

Las entrevistas del Almirante Hyman G. Rickover eran legendarias por su locuacidad y el dominio de sus comentarios para tener en inferioridad a su subalterno. Esta actitud, aparentemente altanera, la empleaba especialmente para saber cómo reaccionarían los candidatos a un puesto importante bajo estrés. Muchas veces, los sentaba en una silla diseñada por él en la que las patas delanteras eran más bajas que las traseras y la superficie del asiento estaba pulidísima para que el entrevistado , además de la tensión de la entrevista, tenía que hacer "maravillas"para que su trasero no resbalara hacia adelante.

A veces podríamos ir inculcando a nuestros hijos pero sin atosigarlos le legendaria frase "¿por qué no diste lo mejor? para que reflexionen sobre lo que hacen. Y, a nosotros mismos también...

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