¿Le parece que su hijo se comporta así? En tal caso, deberá vigilarlo muy de cerca y fijarle unos límites firmes y consistentes: Permítale canalizar su energía en forma positiva a través del ejercicio o juegos que impliquen una gran actividad física (¿la nueva Wii?). Y, cuando se relacione con otros niños no le quite el ojo de encima para evitar problemas graves con rechazo de los demás y no olvide elogiarlo cuando no provoque conflictos. Creo que ya expliqué un sistema de mejorar el comportamiento llamado “péscalo en un buen momento”. Si ni lo he hecho me lo dicen y se lo explicaré otro día.
En algunas familias se fomenta la agresividad, sobre todo en los varones. Los hijos han de ser “duros y machotes”, lo que el niño interpreta que debe comportarse como un “pistolero del Oeste” pero pegando o mordiendo para ganarse la aprobación de los padres y dominar el entorno.
En otras familias, pacíficas y pacifistas, a estos niños les aterroriza pensar que es un mal presagio para el futuro y preludio de delincuente o un “capo di mafia”. Para controlarlo y creyendo que tienen que frenar esto lo antes posible, ellos que son la calma personificada, emplean “mas mano dura” y lo castigan o pegan para que aprenda. Sin embargo, al niño que se le trata con agresividad es posible que “interiorice” que esa es la forma correcta de comportarse frente a los demás cuando se enfadan con ellos. Paradójicamente unos padres pacíficos pueden reforzar la agresividad del niño
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