Llegado sano, salvo y puntual de San Francisco. Hecho puré porque mi cuerpo serrano no aguanta bien estos tutes. Pero les voy a contar una anécdota que aumentó mi admiración por el Sr. Jordi Pujol como persona - no como político. Ayer tuve la oportunidad de ir a Sausalito, cuna del movimiento hippy, junto al Parque Nacional de Muir Woods que tiene unos arboles altísimos y anchos llamados sequoias. Ya se sabe que en EEUU todo lo tienen más grande que nadie aunque no creo que el badajo masculino entre en este apartado.
Pues bien, el guía - Carlos- un argentino simpatiquísimo y muy amable nos explicaba anécdotas de personajes famosos que había conocido. Entre ellos, el ínclito Sr. Aznar, alabándolo por su sencillez. Eso de ser presidente impide, por lo visto, sonreír de vez en cuando si estás en el poder. Sin embargo, el que le había llamado más la atención era Jordi Pujol en visita a aquellas tierras. "Viste, gordo, ...un señor ya mayor que me volvía loco, se iba a dormir tardísimo y al día siguiente a las 6-7 de la mañana ya estaba dando guerra con sus conferencias, visitas y comidas profesionales. Un fenómeno".
Hoy al leer el diario, tras el regreso, veo que nuestro presidente de la Generalitat nos asegura que "trabajamos duro" como ponía hoy en un cartel de unas obras en el aeropuerto de Heathrow, y "que la situación mejorará".
Si empeora será para cgrse... (perdón).
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