"Sólo sé que no sé nada" (Sócrates). La verdad es que esta sentencia me desespera y más ahora que mis neuronas están más desgastadas por el uso. Intenté el Brain Training y el resultado fue desolador. Implacable, la maquinita sentenció: "su edad mental es de 80 años".
Hoy me han publicado una carta en La Vanguardia relacionada con una técnica para favorecer el buen comportamiento del niño y mejorar su autoestima. El motivo era porque se hablaba del masaje infantil y sus beneficios. Pero a partir de cierta edad, a muchos niños no se les puede masajear. Entonces una técnica efectiva es la del "cázalo en un buen momento"; en resumen es acariciarlo sin hablarle como hacemos con una mascota.
A raíz de este artículo me interesé por una descripción del antropólogo Edward Hall que describe la forma de relacionarse entre las personas según la distancia en distintos espacios: personales e informales. A esta visión de las relaciones se la denomina proxémica . Pocos habrán oído esta palabra.
Distancia íntima: es la distancia que se da entre 15 y 45 centímetros. Es la más guardada por cada persona. Para que se de esta cercanía, las personas tienen que tener mucha confianza y en algunos casos estarán emocionalmente unidos, pues la comunicación se realizará a través de la mirada, el tacto y el sonido. Es la zona de los amigos, parejas, familia etc. Dentro de esta zona se encuentra la zona inferior a unos 15 centímetros del cuerpo, es la llamada zona íntima privada con connotaciones románticas o sexuales. Sólo los elegidos pueden traspasar esta barrera y llegar a la piel.
Distancia personal: se da entre 45 y 120 centímetros. Esta distancia se dan en la oficina, reuniones, asambleas, fiestas, conversaciones amistosas o de trabajo. Si estiramos el brazo, llegamos a tocar la persona con la que estamos manteniendo la conversación (espacio comunicativo) pero no se suele hacer excepto para contactos rituales (apretón de manos, besos entre mujeres). Aquí se pierde la sensación de calor corporal.
Distancia social: se da entre 120 y 360 centímetros. Es la distancia que nos separa de los extraños. Se utiliza con las personas con quienes no tenemos ninguna relación amistosa, la gente que no se conoce bien. Por ejemplo: la dependienta de un comercio, el albañil, los proveedores, los nuevos empleados, etc. Es ideal para ignorar la presencia de los otros pero suficiente para intercambiar algunas palabras. Se puede conectar y desconectar cuando apetece.
Distancia pública: se da a más de 3 metros y no tiene límite. Es la distancia idónea para dirigirse a un grupo de personas. El tono de voz es alto y esta distancia es la que se utiliza en las conferencias, coloquios o charlas. Es donde se puede pasar desapercibido o el sitio perfecto para mantener el anonimato.
Yo con mis pacientes tengo que mantener una distancia íntima pero no con su madres porque me pueden arrear un guantazo de mucho cuidado y mi señora esposa darme con el rodillo de amasar harina. Así que con las madres mantengo una distancia personal; así mi integridad esta a salvo.
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