Me lo regalaron el otro día y no tenía ni idea de su existencia. Por lo visto fue creado en 1885, es más antiguo que la Torre Eiffel y frecuentemente comparado con el secreto de fabricación de la Coca Cola, Papier d’Arménie es un librito con 36 tiras de papel pre cortadas que, mediante su combustión, absorben cualquier mal olor (fritura, tabaco, animales, etc), ayudan a purificar el aire y dejan una agradable fragancia a ninguna otra comparable.
La resina de benjuí le da su fragancia única al “Papel de Armenia". Sin esa resina, el “Papel de Armenia” no se habría convertido en lo que es hoy.
Auguste Ponsot descubrió las propiedades desinfectantes de la resina de benjuí durante un viaje a Armenia y decidió “importarlas” a Francia. Renombrado desde la Antigüedad por sus propiedades antisépticas, cicatrizantes y expectorantes, el bálsamo de benjuí se usaba, en uso externo, en el tratamiento del asma, de la tos y de los ronquidos.
Tanta maravilla me humilla en mi desconocimiento. Los papelitos se pueden dejar sin tocar o quemarlos. No estoy convencido de que la combustión sea inocua para los pulmones de un niño. Sin duda, cuando llegue el verano compraré unas cuantas tiras y se la colocaré en el sobaco de algunos padres de forma subrepticia antes de entrar en la consulta...
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