En el siglo XIX se tenían pocos conocimientos sobre el cerebro y menos aún sobre cómo tratar las lesiones cerebrales. Las más graves conducían a la muerte por hemorragias e infecciones.
El paciente con traumatismo cerebral más famoso en la historia de la medicina quizás sea Phineas Gage. En 1848 Gage, de 25 años, trabajaba de capataz de la construcción para los Ferrocarriles Rutland y Burlington en Vermont. Se encontraba trabajando con pólvora explosiva y un compresor de arena, cuando una chispa desató una explosión que hizo que una puntiaguda, larga y gruesa varilla de hierro se disparara y penetrara en la cabeza de Gage. La varilla de hierro penetró por la parte superior de su cráneo, traspasando su cerebro y saliendo por su sien. Increíblemente, Gage sobrevivió con la ayuda del médico John Harlow quien le dio tratamiento médico durante 73 días. Antes del accidente, Gage era un hombre de pocas palabras y buenos modales; posteriormente fue un hombre grosero, obstinado y egocéntrico. Siguió padeciendo de problemas de personalidad y conducta hasta su muerte en 1861. En la imagen pueden ver una reconstrucción en 3D de su accidente. Impresionante.
Por suerte, nuestros conocimientos médicos han mejorado pero cualquier traumatismo en una caja cerrada con una "central eléctrica" es temible. Ese es el motivo por el que los padres se preocupan por golpes de poca importancia.
El bloqueo "eléctrico" de BlackBerry muestra que estamos a merced, no de desastres naturales, sino de los fallos humanos y, a más electricidad necesaria, más personas afectadas.
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