Se ha creado un poco de inquietud por las recomendaciones alimentarias de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) siendo la más conocida la del mercurio asociado al atún. Sin embargo, la realidad es que ha hecho tres:
- Que las embarazadas y niños de hasta siete años no consuman pez espada o atún rojo (por su larga vida se convierten en bioacumuladores de metales pesados) por considerar que estas especies están contaminadas por mercurio (tomar más de 100gr. a la semana superaría lo tolerable. Los niños de entre 7 y 12 años no deberían comer más de una ración de 50 gramos.
- Por la presencia de nitratos, desaconseja el uso de hortalizas de hoja, como espinacas, apio, acelgas o lechuga, para purés de bebés durante el primer año de vida no comer más de una ración de este tipo de hortalizas al día hasta que cumplan tres años. Los niños de 1 a 3 años se consideran la población más expuesta a nitratos.
- No chupar cabezas de crustáceos evitando a la costumbre de saborear también la cabeza de gambas, langostinos, cigalas y bogavantes, o los jugos de centollos, cangrejo o buey porque tienen cadmio (metal presente en las pilas eléctricas y en vertidos industriales) que puede llegar a dañar los riñones o el hígado donde tiende a acumularse entre 10 y 30 años. También causa desmineralización de huesos y se considera un importante agente cancerígeno.
Hoy les explico muy por encima un trastorno potencialmente muy grave para el bebé llamado metahemoglobinemia -provocado por los nitritos- del que en el hospital he visto bastantes casos a lo largo de los años aunque, por fortuna, cada vez son menos frecuentes.
Los nitratos están presentes naturalmente en suelos, agua, vegetales y tejidos animales, y en parte, están aumentados por la utilización de fertilizantes. Los nitratos se pueden convertir en nitritos durante el almacenamiento de vegetales frescos a temperatura ambiente. Los nitritos reaccionan con la hemoglobina (pigmento presente en los glóbulos rojos que capta el oxígeno) formando metahemoglobina (hemoglobina oxidada) que se encuentra normalmente en la sangre en cantidades muy pequeñas (menos del 2%). Si los niveles suben a niveles entre 20%-50%, alteración conocida como metahemoglobinemia, se produce cianosis (color azul de la piel) con síntomas de debilidad, respiración rápida, cefaleas, taquicardia, etc.
Los niños menores de 3 meses no poseen todo el sistema enzimático completamente desarrollado. En ellos el riesgo de padecer metahemoglobina es muy superior especialmente los 6 primeros meses de edad. En los bebés se recomienda la utilización de agua mineral –nunca de pozo, y preparar los alimentos con vegetales y carnes de bajo nivel de nitratos, evitando los conservados.
El tratamiento, hospitalario, es muy eficaz y espectacular.
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