miércoles, 30 de junio de 2010

Diver-Child Life. Un ángel, Nuria, y sus muñecos

Con frecuencia, los niños que a partir de los cuatro o cinco años deben ser hospitalizados y operados lo recuerdan toda la vida y según cómo hayan vivido esa experiencia les marcará para bien o para mal. Núria Serrallonga, enfermera psicóloga del Hospital, puso en marcha el programa Diver- Child life en 2004 para reducir la ansiedad de los niños antes de la intervención quirúrgica o del tratamiento, facilitar la recuperación y hacer que su estancia resulte tan agradable como sea posible. En este programa de preparación psicológica y apoyo emocional a los niños y sus familias, Núria, visita a los padres y, tras hablar con ellos, acuerda como trabajar conjuntamente con el niño/a y por qué es bueno que éste sepa cómo será el proceso de su operación.

Una de sus "armas" es el juego simbólico con un muñecos de trapo: "La muñeca está enferma y le debemos curar el corazón" les dice al paciente mientras dibuja un corazón sobre el pecho de la muñeca, le coloca una gasa y se la sujeta con un esparadrapo. Núria va reproduciendo en la muñeca casi todo el que harán al paciente: colocarle la mascarilla para anestesiarle o pincharle el brazo para poner un suero. También los acompaña a los quirófanos y a la UCI donde estará ingresado los primeros días tras la intervención para que conozca las personas que estarán cuidándolo. El objetivo es que vayan al quirófano tan tranquilos como sea posible porque se ha demostrado que cuanta más ansiedad experimentan antes de la operación, más dolorosa es la recuperación y más analgésicos requieren.

Por combatir el estrés en el niño hay tres medidas básicas de intervención posibles: utilizar sedantes, permitir la presencia de los padres durante la inducción anestésica y aplicar programas de preparación psicológica. La utilización de los sedantes está desaconsejada en algunos tipos de intervenciones, no todos los hospitales presentan estructuras arquitectónicas que permitan la entrada de los padres a el área quirúrgica y, por tanto, la mejor opción es el programa de preparación psicológica y apoyo emocional, también denominado Child Life, que tiene una larga tradición a los Estados Unidos, para reducir la ansiedad que experimentan los niños y sus familias y para ayudarles a vivir tan positivamente cómo sea posible la experiencia de la hospitalización. El programa va dirigido a los niños que requieren una intervención de cirugía cardíaca y cardiovascular, neurocirurgía, escoliosis o, en algunos casos, cirugía abdominal y torácica no cardíaca.

Actualmente, el programa Diver-Child Life tiene en marcha, además del taller de muñecos y la visita previa al hospital, un espacio de encuentro entre los padres de los niños ingresados denominado Ayuda entre Familias en el que los "salientes" se encuentran con los "entrantes" estableciendo una relación especial que favorece los sentimientos de control y confianza.

1 comentario:

Bellini dijo...

Pensar en el impacto psicologico de las intervenciones medicas en los mas pequenyos me parece esencial. Mi peque hace poco ha visitado el hospital varias veces y detalles desde la sala de espera llena de juguetes, la decoracion de la sala del medico, batas de colores, y haciendole analisis de sangre una especialista jugando con ella mientras se le hace el analisis... ella no se ha dado ni cuenta de que ha estado en un hospital ni de que la han pinchado... y es de agradecer que lo que podria ser un trauma es una experiencia agradable.