domingo, 18 de octubre de 2009

La sinceridad de los niños

Tengo una familia a la que quiero mucho y me lo paso muy bien cuando vienen a visitarse. Por suerte para ellos y desgracia para mi me abandonan una temporada porque al papi le han ofrecido un trabajo irrenunciable por la zona de los petróleos.

Los tres hijos, dos niñas y un niño, muy educados por cierto, vinieron a verme antes de emprender el viaje. Mientras los exploro les hago preguntas y una de ellas casi siempre es la misma: "Y tú, qué quieres ser de mayor?" la mayoría de los pequeños/as contestan que maestro/a o profesor/a que en el fondo no deja de ser una admiración por la persona que les cuida y les quiere en el cole. Futbolista es la segunda opción más solicitada por los chicos y medico o enfermera no le andan mucho a la zaga.

Pues al visitar a la segunda hermana de unos 5 años le hice esa pregunta y me contestó: "médico" y yo respondí: "¡que bien así me podrás venir a ayudar a la consulta a visitar otros niños!", "imposible, me dijo, tú ya serás un viejo con bastón". Hay que reconocer que a estas edades tienen una sinceridad apabullante que, en ocasiones, hace enrojecer a los padres con los comentarios tan evidentes y simples por su ignorancia ¿porqué eres negro?, ¿cómo es que te falta una mano? ¿porqué tienes el pelo tan duro? - yo me pongo espuma fijadora L´Oreal, ¿por qué tienes la cara tan rayada (arrugas)?

Me encantan a esa edad de inocencia y desparpajo. Me cuesta pensar que algunos llegarán a ser enredones y embaucadores bajo un halo de seriedad y mecenazgo como el Millet -no le pongo el Sr. delante porque no lo merece.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hace unos meses que sigo su blog, que me parece muy interesante, además de gracioso (el otro día nos reímos mi marido y yo con la carta de la amiga de "la virgen"). Lo admiro porque no sé cómo consigue ser tan constante a pesar de todo lo que trabaja; tal vez, precisamente por eso :-)
No sé si alguien le habrá comentado que los "post", sobre todo los nuevos, no se ven bien. A mí me ocurre que, mientras los leo, la mitad inferior, se suele quedar en blanco y tarda bastante en recuperarse.
Es incómodo, y muchas veces, no termino su lectura por esta razón.
¡Qué pena! ¿No habría alguna manera de solucionarlo?
Muchas gracias, y un cordial saludo
Blanca

Maria dijo...

A mi me ocurre lo mismo que a Anónimo, pero yo espero a que vuelva a aparecer el texto. Saludos.

Nacho dijo...

A mi me pasaba lo mismo, hasta que me instalé una versión más moderna del navegador (utilizo Explorer). Realmente antes era imposible.
Saludos

pacofer dijo...

En mi lugar de veraneo, mi hija, entonces con 5 años, y yo salímos de casa, un tercer piso de un pueblo donde todo el mundo se conoce al menos de vista. La vecina asomada al tercer piso del edificio de al lado, mi hija levanta la cabeza y me dice con toda naturalidad como quien recalca una simple evidencia: "papá, mira, un payaso". Yo, en un acto reflejo levanto la cabeza y ahí está, la vecina, con un camisón que le asoma por la ventana y su cabeza... con los pelos a lo Jackson five y un careto... no pude reprimirme, y antes de que mi lado adulto controlara mi lado infantil, solté tremenda carcajada, y mi cuñada, en nuestro balcón, a apenas 1 metro de la señora, que nos decía adios con la mano, casi se cae a la calle del ataque... Pobre mujer, yo creo que se lo tomó a bien.
Recuerdo otra, como aquella del señor con una deformidad en la cara, y mi hija se le acerca y lo mira a apenas 30 cm. de su cara y me mira y me dice.. ¿papá, que tiene en la cara?... el hombre sonrió comprensivo...
Adoro a mi hija cuando hace eso, y me entra una tristeza de futuro, cuando pierda esa maravillosa inocencia...
Pd.- Yo la página la veo de fábula. Los que no la ven, que actualicen IE, es un problema de versión, o que usen Firefox.

Anónimo dijo...

¡Gracias!
Blanca