
Siguiendo el hilo del Silestone, líder mundial en superficies de cuarzo, la mamá se confundió con otro medicamento que yo le había recetado llamado Estilsona, un antiinflamatorio cortoideo. Confundir nombres, dosis y principios activos les ocurre a muchos médicos, enfermeras y pacientes. La informática tendrá un papel relevante en evitar errores.
Ahora en broma les voy a contar la anécdota de uno de los médicos más destacados que han pasado por el hospital y ya ha entrado en la edad del júbilo. Este galeno tenía la rara cualidad de cambiar las palabras por otras muy similares, por ejemplo: fué a Nueva York y alquiló una "muselina" en vez de una limusina, en ocasiones paraba el coche en el "arancel" en vez del arcén y, finalmente tuvo, en ocasiones, sobre su cabeza la espada de "Demóstenes" en vez que la de Damocles.
Yo me equivoco también y estoy seguro que la mamá del Silestone se reirá conmigo porque tiene un sentido del humor genial.
2 comentarios:
jajajaja, me gustaría saber que opinión tiene Freud al respecto!! la mama debía tener la cabeza en otro sitio muuuy distinto...
A cuenta de lo que cuenta, recuerdo que en mi familia fue frecuente y divertida una anécdota con cambio de palabras incluida. Todos nos reíamos porque hace más de 20 años iban a jubilar a mi tio anticipadamente y él no quería. Cierto día mi tia se confundió y soltó tan campante que su marido se iba a "julibar"; tanta gracia nos hizo a toda la familia que durante muchísimo tiempo nos costó trabajo decir jubilar y se nos escapaba constantemente el dichoso "julibar"; era realmente difícil decir bien la palabra.
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