martes, 2 de diciembre de 2008

Mi hijo tartamudea

Es difícil distinguir entre la disfluencia (falta de fluidez en el habla) que es parte normal del desarrollo y las primeras señales de tartamudez. El diagnóstico de la tartamudez es casi siempre provisional y se basa tanto en la observación directa del niño como en la información que proporcionen los padres respecto a cómo éste se expresa en diferentes situaciones y momentos.

La tartamudez-disfluencia normal es muy frecuente entre los 18 meses y los siete años de edad debido a que el niño intenta hacer esfuerzos para aprender a hablar. Los niños de entre 18 meses y tres años de edad con suelen repetir los sonidos, las sílabas y las palabras, casi siempre al iniciar una oración.

Después de los tres años de edad, el niño con disfluencia normal no suele repetir sonidos o sílabas sino palabras ("No-no-no puedo.") y frases completas ("No puedo-no puedo-no puedo ir".) También es común que usen "expresiones de relleno" como "eh" y "um", que cambien de tema en medio de una oración, que se corrijan y que dejen oraciones sin terminar. Los niños normales pueden manifestar disfluencia en cualquier momento, pero ésta tiende a aumentar cuando están cansados, excitados, enfadados, o se les está presionando para que hablen. También pueden perder fluidez cuando hacen o contestan preguntas.

La falta de fluidez de estos niños puede variar haciéndose más frecuente durante días o semanas, casi desaparecer durante un tiempo y reaparecer de nuevo. Es típico de la disfluencia normal que los niños no estén ni incómodos ni preocupados por ella y no muestran sorpresa o frustración ante sus errores. Son los padres los que se preocupan pensando que el niño acabará tartamudo. Los que se angustian por este problema podrían pedir una segunda opinión a un foniatra - logopeda o terapeuta del habla - para que evalúe al niño y los asesore.

La tartamudez o disfemia es un trastorno del habla (no del lenguaje) que se caracteriza por interrupciones involuntarias al hablar que se acompañan de tensión muscular en cara y cuello, miedo y estrés. Es un trastorno muy invalidante para la vida social y aisla al individuo que lo padece. Algunos defectos se les da un nombre a despreciativo y cruel; a éste popularmente se comenta: "es tartaja". Comienza, de modo característico, entre el segundo y cuarto año de vida, aunque se suele confundir con las dificultades propias de la edad a la hora de hablar. Al final, solo uno de cada 20 niños acaba tartamudeando y muchos de ellos superan el trastorno en la adolescencia.

La Fundación Española de la Tartamudez (TTM), de reciente creación, servirá de gran ayuda a aquellas personas con este problema o crean que sus hijos están empezando a tenerlo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy interesante el post de hoy. Como logopeda me gustaria anyadir un consejo para los padres preocupados por la posibilidad de que su hijo sea tartamudo o que duden si su hijo presenta una disfemia evolutiva que se resolvera sola o no... Que consulten a un logopeda que les dara pautas para ayudar al ninyo. Muchas veces lo que no es un problema puede convertirse en uno si los padres se preocupandemasiado y el especialista puede ayudar.