domingo, 15 de marzo de 2015

“La gestión de la reputación" ( y III) por Ale Navarro (CEO Cubometa)

Normalmente, uno mantiene información en privado por dos motivos: o porque es información personal propia, de compañeros, de clientes, … (dirección, teléfono, códigos de identificación personal y contraseñas, sexualidad, “basura”, …) o porque es información que nos daría vergüenza o miedo “por lo que puedan decir” (condenas, sexualidad, opiniones, afiliación política, noches de fiesta, profesión, …). No son para nada raros los casos de chantaje “para que no se sepa que”, en los que el afectado suele acabar cediendo, aunque ello no le garantice nada, por miedo o vergüenza. Por esta razón, es lógico pensar que, cuando la información ya está publicada, aún se estará más dispuesto a hacer todo lo que esté en la mano de uno para que sea retirada. En el caso de los sitios web de mugshots (las típicas fotografías de detenidos de EEUU, que en muchos estados de EEUU son públicas), hay sitios web que, por un dinero, ofrecen reclamar a los sitios web de mugshots que retiren las imágenes de uno. En muchos casos, unos y otros tienen vinculaciones entre ellos [1], pero mucha gente, desesperada, paga.

Después de leer todo esto, muchos pensarán que hay que instaurar nuevas medidas para controlar Internet, que hay que permitir que la policía pueda interceptar todas las comunicaciones para vigilar que nadie le pida fotos sexuales a un menor, que hay que ‘pinchar’ todos los teléfonos para combatir el crimen y, en definitiva, que tiene que haber alguien que nos controle para que no nos portemos mal. Yo me niego. No podemos vivir en un estado policial y, de hecho, Internet y la tecnología se mueven en sentido contrario: HTTPS (la versión cifrada de HTTP, el protocolo que se emplea normalmente para acceder a los sitios web) se está convirtiendo en un estándar e iOS 8 incluye como novedad el cifrado del dispositivo en el que esté instalado (lo que impide que la policía pueda acceder a los datos del mismo si se establece una contraseña de acceso).


Fuentes [1] “How People Profit from Your Online Mug Shot and Ruin Your Life Forever”, Cord Jefferson, Gizmodo. Lunes, 8 de octubre de 2012.

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