viernes, 17 de octubre de 2008

Muchos papás desconocen el término "los terribles dos"

En Junio de 2008 les prometí que les hablaría de los "terribles dos" - "terrible two", termino muy popular en EEUU. Los dos años de edad son un periodo que se conoce como la pequeña adolescencia. Una fase de contestación y rebeldía que pone a prueba la paciencia de muchos padres. Entre los 18 meses y los tres años, los niños suelen entrar en una fase que exige a los padres paciencia y firmeza. Se vuelven testarudos y adoptan posiciones de cuestionamiento y desafío. Así, pasan a ser más ruidosos, más movidos, impulsivos y negativos. Estos cambios hacen que algunos padres incluso lleguen a conclusiones erróneas, como que su hijo tiene los síntomas de un trastorno por déficit de atención e hiperactividad.

La realidad es que los “terribles” dos años son una fase normal en el desarrollo del niño. Es el periodo en que la palabra favorita del niño será “no”. Su comportamiento no indica maldad ni aversión a sus padres, sino un primer intento de afirmar su independencia. De hecho, el niño descubre su poder para rechazar lo que le proponen.

Este comportamiento es mas leve o más intenso en función del temperamento del niño y de la educación que le han proporcionado. El temperamento viene determinado genéticamente: muchos niños resultan ser “difíciles” ya desde bebés, no aceptan cosas nuevas, reaccionan de forma exagerada y su conducta es impredecible. Ser excesivamente estrictos con ellos o tener expectativas poco realistas puede empeorar la situación.

A veces los padres experimentan frustración y desconcierto ante una actitud tan negativa. Llegan a sentirse dominados por un renacuajo de dos años que no atiende a razones. Pero si los padres saben que éste es un comportamiento normal y no es debido a ningún error que estén cometiendo ellos, la situación se vuelve más llevadera. Y si adoptan unas actitudes y normas adecuadas, este periodo terrible se puede reducir a un año.

Una buena estrategia es darle varias opciones para hacer una misma cosa, de manera que se interese en lo que ha de hacer y se implique en la acción. Por ejemplo, darle a elegir entre baño o ducha, escoger un libro, juguetes para bañarse o ir al parque, la fruta que quiere para merendar, los zapatos que quiere ponerse, los cereales que prefiere para el desayuno y cosas por el estilo. En otras ocasiones, se puede plantear una sola opción, pero con variantes (¿quieres hacerlo deprisa o despacio? ¿lo haces tú o lo hago yo?). En cambio, no ha de haber negociación posible en temas de seguridad o higiene (baño, ir a la guardería, acostarse...) y no hay que preguntar si sólo hay una respuesta posible.

Conviene facilitarle el paso de una actividad a otra de forma gradual y avisándole antes de lo que tendrá que hacer más adelante. La amabilidad y la precisión son esenciales al responder a un niño cuando pregunta. Si la pregunta es dudosa, se le puede pedir un tiempo para pensarlo. Si la respuesta es claramente un no, vale la pena añadir una pequeña explicación del motivo.

Durante su segundo año de vida, el niño pasa de la tranquilidad y la docilidad a las travesuras, a las pataletas y a ser imprevisible. Está en plena búsqueda de independencia y autoafirmación, es egocéntrico y posesivo y tiene una idea muy limitada del bien y el mal. No se comporta mal deliberadamente, sino que actúa según sus impulsos. Con su rebeldía, está retando a los padres para saber hasta dónde puede llegar. Por todo ello, es el momento ideal para establecer algunas normas básicas de conducta que le enseñen a distinguir lo que está bien de lo que está mal.Lo más importante en esta fase es comprender qué significa “no” para el niño. Como tiene poca capacidad de expresar su pensamiento, se debe interpretar como un “¿ahora tengo que hacer esto?” o “¿de verdad quieres que lo haga?”. Con el tiempo, el ser humano aprende a articular negativas más educadas, matizadas y respetuosas, pero a los dos años la única objeción que puede expresarse es decir que no. Por ello, no hay que castigarle por el uso de esa palabra. A esa edad, se castigan o reprenden las acciones, no las palabras.

Lo mismo hay que hacer cuando el niño crece y empieza a aprender palabrotas cuyo significado ignora y que usa porque sabe que repercuten en el entorno. Lo mejor es ignorarlas. Discutir o corregirlo sólo consigue prolongar este periodo.

10 comentarios:

arcodelta dijo...

Muy buena esta entrada! En realidad lo de los dos años será aproximado? Mi hija (3 años) no ha pasado que yo recuerde por esa fase, al menos no me creo un gran problema, pero ahora está en una fase en que ''pretende mandar'' sobre nosotros. Con cosas muy simples, cosas como ponerse las zapatillas... ''quiero que me las ponga mama porque yo no se'' y se niega en rotundo, da igual lo que le ofrezcas, o que amenaces con castigo.

Supongo que todo esto es una variante y que quizás se hja dado en una edad más tardía.

saludos,
LM

Anónimo dijo...

Hola, pues yo sí que lo desconocía, la verdad. Tengo un niño de 2 años y 2 meses, y desde el verano, se ha vuelto bastante rebelde. En general ha sido un niño bueno, trasto y curioso por la edad, pero bueno. Ahora estamos en fase de rebeldía, pero intengo ignorar las pataletas cuando no consigue algo, aunque a veces es complicado porque ha llegado a intentar morder la pared de la cocina, una mesa, su propio dedo o a mí, cuando se enfada. En la guarde llegué a preguntar si mordía a los niños y su profe se quedó alucinada porque es bastante bueno con sus compis.
Menos mal que es una fase, porque cuando se mordió él y otro día lo intentó con un azulejo de la cocina pensé en llevarle al médico.
Gracias.
Marta.

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho su entrada.
Mi hijo está entrando en esa fase, el lunes cumple 17 meses... algunos días es desesperante y yo me preguntaba qué estoy haciendo mal.
Dice que no a todo (bueno dice "na" que para él es no, jaja), no quiere que le agarre de la mano, quiere subir escaleras sin ayuda, si está sentado en algún sitio y me quiero sentar a su lado me empuja, quiere comer él solo y se niega a que se lo dé nadie (así que se pone perdido, porque llena bien la cuchara, pero cuando va llegando a la boca le da la vuelta, etc.
Además es muy inquieto, intenta subir a todos los sitios, abrir todo, coger todo... vamos que tengo la casa "acorazada", cierres de seguridad en todos los sitios, he quitado todo de su alcance, topes en las puertas para que no las pueda cerrar, vallas de seguridad, etc.

Anónimo dijo...

Yo temblé el día que leí a Eva Mintering hacer una analogía entre los terribles dos con la adolescendia....uf, lo que nos espera!
Un saludo Doc

Anónimo dijo...

¡Yikes! Estoy esperando mi primer niño con la adopción en algunos meses… y nos han dicho que la edad probable será 2 años. Era nervioso antes, pero después de que leyó tus comentarios, yo me estoy acercando a pánico. Por lo menos con un niño biológico, los padres tienen 2 años a prepararse y a conocer su hijo.

Quizá no es demasiado tarde pedir a un niño adoptado de 16 años!

Anónimo dijo...

Bueno, no sé que pasará en la adolescencia de los 13-15 años, pero en la de los dos te ríes mucho, la verdad, son una caja de sorpresas que te hace soltar unas cuantas carcajadas... eso compensa!!!

Anónimo dijo...

Hola Santi,
Que bien has descrito a nuestra hija Marina. Tiene 2 años y 4 meses. Quiere ser independiente, ir sola por la calle, bajar y subir escaleras, incluso intenta vestirse sóla. Respecto a lo de la comida, cuando dice "yaaa..sta" no serás capaz de convencerla para que ingiera ni una cucharada más, ya hemos desistido de intentarlo.
Hay días que es el espítitu de la contradicción, si la saca su padre de la cuna me quiere a mi, si soy yo al contrario pide por su padre.
Menos mal que es un "dulce", es muy cariñosa y nos lo demuestra, entonces se te olvida esta fase por la que estamos pasando, espero pasajera.
Creo que hoy nos has tocado un punto débil de muchos de tus seguidores.
Saludos.
Laura

Anónimo dijo...

Buenas, doc, tengo una hija de seis años, y la fase de los terribles dos todavía le dura ... creo que ha decidido alargarla hasta la etapa de los terribles 14, terribles 15 ... y yo voy buscando plaza en una clínica de reposo.

Cristina dijo...

Hola doctor,

Una entrada muy buena y muy real.

Lucía hará 3 años a finales de enero y hace ya meses que nos trae de cabeza. No se la puede perder de vista un momento porque nos hace alguna y gorda.

Añadiendo a eso los celos que tiene de su hermano de 8 meses, por lo que intenta llamar la atención continuamente pero queriendo hacer lo que le venga en gana, encima acabamos de mudarnos y yo empecé a trabajar hace 3 meses. Total, un desastre.

Y yo temía los 15 sin saber que mucho antes iba a pasar por una etapa parecida...

Yo también he llegado a pensar en que tenía hiperactividad, pero la verdad es que tiene todos los síntomas.

Y por lo que leído en los comentarios, no siempre se pasa a los 3 años... Un manual de instrucciones por favor!

Saludos, doctor

Anónimo dijo...

yo empese con mi niña apenas llora mucho todo abienta y nomas quiere andar tras de mi. y que la este cargando bueno asta en el baño la tengo que tener porque no me dega ni un minuto a solas!!!!