Afecta la confusión y el desorden. Ni los adultos llevan una vida como la de hace sólo 10 años. Ante la avalancha de nuevos gadgets, aplicaciones y aparatos electrónicos muchos adultos se comportan como adolescentes sin control. Por ejemplo, mucha gente tiente iPad porque sus amigos lo tienen pero no lo usan. Bastantes usuarios son adictos a las novedades y cambian una reciente por la más nueva. La “adicción” a la tecnología es bastante común y, por ejemplo, un teléfono móvil que realice y reciba llamadas y sms, haga fotos y las envíe sin ninguna aplicación ya es de “gama baja”.
Las redes sociales pueden provocar desastres como las fiestas juveniles convocadas por error o la llamada “depresión Facebook”, es decir, tener pocos amigos. De la misma forma puede ser beneficioso para otras personas tímidas o que, por la distancia física, se podían ver poco. Las redes sociales han cambiado estructuras políticas y son, bien llevadas, una herramienta de control social.
Las redes sociales pueden provocar desastres como las fiestas juveniles convocadas por error o la llamada “depresión Facebook”, es decir, tener pocos amigos. De la misma forma puede ser beneficioso para otras personas tímidas o que, por la distancia física, se podían ver poco. Las redes sociales han cambiado estructuras políticas y son, bien llevadas, una herramienta de control social.
Hemos cambiado de era. Estábamos en la Edad Contemporánea; ahora ya estamos en una nueva que es la Edad del Conocimiento. Podemos tener acceso a una cantidad de información impensable hace una década y estar conectados unos con otros con suma facilidad.
Todavía no está en los libros de historia pero no tardará en aparecer.
Pues tiene razón totalmente. Me da vergüenza reconocerlo, pero esta es la desoladora imagen de nuestra cena el otro día: mi marido leyendo el periódico en el iPad, mi hijo viendo dibujos animados en el iPod y yo enfrascada en una discusión por whatsapp...NO SE VOLVERA A RE-PE-TIR! Lo prometo...
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