Un niño con fobia escolar prefiere quedarse en casa y puede faltar muchos días a clase por síntomas "poco claros" como dolor de barriga, dolor de cabeza, náusea, fatiga o mareo que, además, ocurren por la mañana. Curiosamente estos niños "tienen buena pinta física"; están sanos, y si se quedan en casa se encuentran perfectamente.
En general, estos niños suele tener temor a estar fuera de su zona segura (su casa) y tampoco les gusta ir a casa de amigos o a pasar unos días de colonias. Muchos de estos niños estarían dentro del grupo de los mimados o sobreprotegidos por lo que les cuesta separarse de sus padres (ansiedad de separación).
A veces, los cambios ocurren en la escuela, son insospechados por los padres y son el origen de esta fobia escolar (profesores nuevos, aumento de exigencia en los estudios, acoso por los compañeros, etc.).
A pesar de todos los pesares el niño no debería dejar de ir a la escuela paro los padres y profesores deberían dialogar para solucionar el problema y, mientras tanto, el niño se va enfrentando solo a sus temores sabiendo que le están apoyando. Aunque las mañanas sean difíciles tiene que ir a ella y no se le debe preguntar "cómo te encuentras hoy"; se ha de dar por sentado que está bien.
Me siento identificada con este artículo, muy identificada...
ResponderEliminarNo quiero aburrir con mis 'batallitas', tan solo diré que sufría en casa, sufría en el colegio y sufría en muchos sitios... y al psicólogo sólo se le ocurrió pensar que yo era una niña mimada...
Sin comentarios...
¡Ah! Y pastillas... las pastillas que no falten...
ResponderEliminarUn saludo.