El niño feliz es aquél que es alegre, acepta bien las reglas/normas adaptadas a su edad y es capaz de superar los obstáculos que se le presentan. Todo ello solo es posible si los progenitores o cuidadores les guían con paciencia, perseverancia y tranquilidad en el recorrido de su vida ya que les han de hacer ver la realidad no distorsionada, valorar sus sentimientos, fomentar su autoestima y hacer que se sientan queridos.
En resumen, un niño feliz es aquel que ríe siempre y disfruta de todo… hasta de las cosas más simples. A medida que va creciendo debe impregnarse de valores que le permitan ser un adulto maduro e independiente psicológica y económicamente.
Sinceramente, creo que la crisis económica será buena para los niños mientras tengan las necesidades elementales cubiertas como un entorno cariñoso, una nutrición correcta y una buena educación. Aprenderán, con su creatividad, a ingeniárselas y disfrutar de la vida con las cosas sencillas. Se puede disfrutar con muy poco.
Pues sí que se puede, antes lo haciamos.
ResponderEliminarMe encanta su blog desde hace mucho tiempo aunque esta es la primera vez que comento ¡Siga así!