
Muchos padres se quejan de la “mala letra” de sus hijos al observar los trabajos de la escuela. Trabajos a los que se añaden frecuentemente anotaciones de los mismos profesores que lamentan una grafía ilegible, sucia, mal estructurada y lenta.
Los niños reciben reprimendas por no ser más cuidadosos o poner más interés en aquello que están escribiendo; se les llama y trata de “vagos” por no presentar sus escritos con el mínimo de calidad requerido para su nivel escolar. Sin embargo, estos niños intentan mantenerse a la altura de los requerimientos exigidos en clase aunque, desafortunadamente, no consiguen los resultados deseados. La dificultad y el esfuerzo que les supone escribir son tan desbordantes que la tensión, el nerviosismo y el sufrimiento que les provocan terminan por tener repercusiones importantes en el plano psicológico: escasa seguridad en sus capacidades personales, desánimo y pérdida de la motivación para aprender.
La escuela, que tendría que ser, sobretodo en sus primeros años, un lugar de riqueza, felicidad y crecimiento, se transforma para estos niños en una pesadilla sin fin.
Este trastorno en el aprendizaje y la evolución de la escritura, cada día más frecuente en el mundo escolar, se denomina disgrafía.
Echo de menos ver la palabra LOGOPEDA en el articulo.
ResponderEliminarSon los profesionales encargados de diagnosticar y tratar transtornos de la deglucion y la comunicacion (voz, habla y lenguaje).
El lenguaje incluye las modalidades orales y escritas y por tanto la disgrafia es una de las alteraciones con las que tratamos habitualmente.